Lean esto...

Para todo hay un tiempo determinado; un tiempo para buscar y un tiempo para dar por perdido.

Cuando tomemos decisiones, seamos concretos. Esto nos ayudará a terminar lo que empezamos. Por ejemplo, si hemos decidido leer la Biblia con más frecuencia pero no tenemos un programa, puede que no lo consigamos. Otro caso: los ancianos de una congregación deciden visitar más a los hermanos, pero pasa el tiempo y no lo han hecho. Una ayuda para lograrlo sería que se hicieran preguntas como estas: “¿Hemos decidido a qué hermanos les vendría bien recibir una visita? ¿Hemos fijado un momento concreto en el que visitarlos?”. También debemos ser realistas. Nadie tiene el tiempo, los recursos ni las energías para hacer todo lo que quisiera. Así que debemos ser realistas y razonables. Es posible que a veces tengamos que cambiar una decisión que no podemos cumplir.